Empresa familiar

Actualmente vivimos una 'crisis' aunque cuándo no hay 'crisis' personales, familiares, en la empresa y en la sociedad. Sin embargo la más importante es la de la familia y sobre todo la de los valores.
El concepto de familia va más allá de los de 'tu sangre'. Y prueba de ello es que muchas veces alguien ajeno a esa familia 'genética' te enseña, ayuda, protege y sobre todo quiere tu bienestar más que 'la propia'. O viceversa, tú encuentras a alguien merecedor de transmitirle tus conocimientos, ayudarle a afrontar los obstáculos de la vida y a decidir por si mismo, a ser emprendedor de la vida.


Trasladado a las empresas familiares, que en nuestra economía tienen un peso clave, existe cierta debilidad con el relevo porque es complicado en segunda, tercera y no digamos con la cuarta generación en donde la familia ha crecido 'exponencialmente'. Y más, si no hay una transmisión de valores, saber hacer y decidir marcados por el primer fundador.

El futuro en las empresas lo marca el 'decisor' Y será determinante su personalidad, educación, valores y sus experiencias para la continuidad de la misma.
Muchas empresas familiares son como 'una monarquia' donde se hereda por nacimiento sin tener en cuenta quién está más preparado (sobrino, primo, hijo, hermano,...) para garantizar la continuidad e incluso que otra persona ajena a la familia, aunque implicada en la empresa y que la siente como propia, permitirá su supervivencia mejor.


Pero es que para mí lo más importante es la transmisión de la fuerza para emprender nuevas actividades más allá de dar continuidad a la empresa, que también. Y ahí está una solución, enseñar a emprender.
Quién ha fundado una empresa sabe de lo que hablo porque él ha tenido que hacer muchas veces de todo, al principio y ha continuado haciéndolo, pero hay que darlo a conocer a quién quiere aprender.

De esta forma será fácil que el hermano, la hija o un empleado que ha vivido su 'sueño' pueda continuar con la empresa. Pero es que además, los otros dos (en este ejemplo) ya están preparados para crear su propio negocio, si se les respalda y lo desean tanto como estar al frente de la empresa, dentro o fuera de la misma. No tienen por qué coger las riendas de la actual sin embargo sí pueden ser igual de importantes para su continuidad: nuevos mercados, nuevas líneas de negocio,...

con audacia, esfuerzo y pasión. Es una filosofía que se puede aprender desde pequeño sin embargo hay que hacerlo.