Vete de dónde los héroes son señalados como traidores

lunes, 31 de marzo de 2014

Qreererte

Hoy he visto el anuncio de un taller que me ha llamado la atención: "Relacionarte eficazmente con esas personas que te amargan la vida". Si aporta algo para mejorar, bienvenido sea éste y otros talleres como éste. Pero, creo que con esta gente tóxica lo que hay que hacer es evitar relacionarte con ella, no prestarles atención, porque es mucho más eficaz. Es decir, ser selectivo y prescindir de esas personas que te amargan la vida porque no te aportan nada y elegir prestar atención a quienes sí te aportan.

Ahora bien, la gente tóxica existe y no hay que perder la calma. Nunca hay que perder la calma ni perderle la cara. Siempre hay que estar alerta, resistir y pasar a la acción decidida de prescindir de esas personas que te amargan la vida.

Voy a contarte la experiencia vivida por alguien, llamémosla Mar, que huye de filias y fobias, que es ecuánime en sus decisiones y que la vida le ha dado muchos mazazos. Y muchas alegrías.

Mar llevaba casi 2 años y medio 'amenazada', por alguien tóxico, con despedirla. Y tal como se hacen los despidos, sin previo aviso, eso significa que se ha despertado muchas mañanas con la angustia de que ese mismo día la iban a despedir, otras muchas noches sin dormir y otras tantos días despertandose de madrugada (en muchos casos, 2 años y medio significan más de 1.000 mañanas despertando con angustia, más de 1.000 noches durmiendo mal, más de 1.000 días despertando de madrugada).
Afortunadamente su equilibrio mental y, sobre todo, el equilibrio de su vida ha logrado resistir. Y, aunque en muchos momentos difíciles se ha resentido su autoestima y su seguridad, no han acabado extraviadas. Porque tenía muy claro que ella era quién decidiría a qué prestarle atención y quién era importante en su vida. Sabía que la clave estaba en su cerebro, en la certeza de que este es capaz de focalizarse en las cosas buenas y, sobre todo, en las personas importantes. En su caso: ella misma, su pareja, su familia, sus amigas y amigos.
Cuando se encontraba mal se centraba en seguir sonriendo y en que sus ojos brillasen más. Y así ocurrió el día que la despidieron, con sus ojos más brillantes y su mejor sonrisa se honró.

Hay muchas personas que se reubican ellas solas, como Mar, pero otras necesitan aprender a reubicarse. Necesitan aprender a quererse y, sobre todo, a creerse. ¡Qreererse!
El caso de Mar (ahora tiene un proyecto laboral donde desarrollar su talento) puede ayudarte a reflexionar y a...¡Qreererte!