Temporada de felicitaciones

Están muy bien las felicitaciones espontáneas o provocadas de estas fechas, los buenos deseos y las buenas intenciones para el año que comienza. Sin embargo, dentro de quince días, casi todo pasa a un segundo plano o cae en el olvido.

No es del todo cierto. Aunque en estos días mucha gente sufre un desdoblamiento, aparece la parte amable, sonriente, abierta, cariñosa y de trato fácil (su otro yo), existe un 23% de personas que te hacen sentirte bien, te ayudan y, sobretodo, son un ejemplo a seguir en cualquier época del año.

Personas extraordinarias que actúan por cariño y no por costumbre. Que tienen siempre una palabra amable, de ánimo y tiempo para estar contigo. Con las que te sientes cómodo, reforzado y valorado. Y la sociedad les debe mucho, sobretodo, en estos tiempos difíciles porque son los que tiran del 'carro'.

En el fondo estamos deseando llevarnos bien con los demás aunque sea por puro egoísmo. Tenemos referentes a nuestro alrededor para aprender y saber que podemos lograrlo dedicandole esfuerzo, tiempo y energía. Pero la clave es aspirar a conseguirlo.

No esperes a que pase un año para mostrar tu otro yo, tu mejor yo.

Con amor y compaña

Si paseas por las calles puedes observar las primeras luces de Navidad. También puedes advertir que en las administraciones de lotería con solera empiezan a verse colas de gente para adquirir décimos. Y que las jugueterías empiezan a exhibir todo tipo de juguetes para atraer a los niños. Igual que las tiendas de ropa que muestran espléndidos maniquíes con bonitos vestidos y trajes para seducir al transeúnte.

A pesar de la crisis y de que muchas personas están pasando por dificultades económicas nos 'calientan' la Navidad. Sin embargo, también nos dejamos llevar. Nos dejamos llevar por un comportamiento paradójico y un pensamiento irracional. Por ejemplo, la compra de lotería. Un décimo por aquí, un décimo por allá, que si el de la empresa, el de los amigos...Y sabemos que hay muy pocas probabilidades de que nos toque. Total que nos habremos ilusionado durante unos días pero al final será el erario público el que se haga con unos 3.000 millones de euros. Euros que saldrán de nuestros bolsillos.
Lo mismo hacemos con la alimentación, los juguetes y regalos, comidas fuera de casa y las fiestas y escapadas. Incurrimos en unos gastos desmedidos por la creencia irracional de que "debemos hacerlo" porque es Navidad.

Sin embargo, hay personas que no celebran la Navidad y les va muy bien. Y otros que la celebran y les va muy mal. Lo importante es comprender que no la necesitamos para ser felices. Y si la vamos a celebrar, hagámoslo en su justa medida e intentando disfrutar de las cosas y la gente. Porque el mejor premio que puedes tener de la 'lotería' de Navidad es disfrutarla. Disfrutarla con amor y compaña.