Dar un golpe de timón

A veces creo que no somos conscientes de que estamos viviendo un tiempo nuevo. Un tiempo donde hay un abismo entre las mentalidades de los que dan un paso firme cada día y los que esperan que lo den los demás, entre los que mantienen su objetivo incluso los días que todo sale mal y los que abandona al menor contratiempo, entre los que del 1 al 10 se comprometen un 10 y los que el grado de compromiso es nulo. Y, sobre todo, a veces creo que hay cada vez más gente que no quiere hacer nada, o hacer muy poco, para conseguir lo que se propone.

Pero, antes de que sigas leyendo, me gustaría que dedicarás un momento a reflexionar: la gente suele decir, cuando se le pregunta: ¿cuál es tu meta en la vida?, ser feliz. Los sabios dicen que la felicidad no es una meta sino un modo de vivir...

La realidad que estamos viviendo en nuestra sociedad es de malestar generalizado, de perdida de rumbo. Y creo que nos estamos acostumbrando a que otros nos marquen el rumbo aunque nos lleven contra las rocas.

Tengo un planteamiento y un concepto: dar un golpe de timón. Un golpe de timón, en el sentido de lograr lo que te propongas. Porque aunque no sepas cuál es tu rumbo, entonces ya tienes uno: encontrarlo. Partiendo de donde aún es fácil, las personas y las cosas que te hacen sentir bien.

La teoría es fantástica pero hay que pasar a la acción porque nadie va a luchar y a entregarse si no lo haces tú. Prepárate para afrontar las dificultades que tendrás en algunos momentos y para sumar un pequeño esfuerzo cada día. Lo importante no es la inmediatez del resultado sino lograr lo que te propongas.

Por cierto, de 1 a 10, ¿cuál es tu compromiso con tu meta?.