Vete de dónde los héroes son señalados como traidores

martes, 27 de diciembre de 2016

50 semanas y media

 Estos días navideños son propicios (en algunas familias, con compañeros de estudio, de trabajo y amigos), para las buenas intenciones, los buenos deseos y, a veces, hasta buenas acciones. Sin embargo, ¿dónde quedan el resto de las 50 semanas y media restantes?.


Cuando pasen estas fechas, probablemente, pensemos: "y ahora, ¿qué?", y las próximas 50 semanas y media, los 350 días y las más de 5.000 horas, ¿qué?. No hay un método mágico, ni una respuesta única. 

Quizás hay que dejar el pasado como está y tomar conciencia del presente y del futuro. Tomar conciencia de las próximas 50 semanas y media, los próximos 350 días y, sobre todo, las próximas horas. Porque el tiempo es nuestra mayor riqueza, nuestro mayor patrimonio. Prueba de ello es que algunas personas, en la vejez, es cuando se dan cuenta de que "se lo han perdido todo".

Y todo puede ser: aprender a creer en ti, amar a tu pareja, ver crecer a tus hijos, ayudar a tus padres, apoyar a tu amigo, no trabajar en lo que te "quema", esa llamada que no haces, un abrazo, un beso que no diste,..., no darte cuenta de lo que vale la pena.


50 semanas y media. Y recuerda todos los motivos por los que, todavía, vale la pena luchar.

martes, 29 de noviembre de 2016

No es país para estúpidos

El poeta en el que me he inspirado para el título tiene escrito en el poema “Pues los hombres mejoran con los años": ¿Es ese mi sueño, o la verdad?.


Aunque estamos rodeados de estúpidos, o sinvergüenzas,  o caraduras, o 'quedabienes'. Es complicado encontrar la palabra adecuada para denominar a las malas personas. Malas personas porque viven para engañar y odiar y putear y destruir. Llamarles estúpidos, me parece que no les hace justicia ni falta que les hace porque seguirán yendo a lo suyo y, ni lo dudes, se sienten bien haciéndolo.

Además, lamentablemente, en estos últimos años ha habido una pérdida de valores y de comportamientos honestos tan grande que ha supuesto, en muchos casos y para una generación o dos, un lío emocional enorme.

Y así estamos, cada día con más sinvergüenzas y golfos porque las cosas no son fáciles. Y encima les reímos, muchas veces, las 'gracias' cuando se aprovechan de los demás. Evidentemente siempre han existido, existen y existirán. Y negarlo sí que sería estúpido, como creer que cambiarán.

Piensa y actúa: cuando aparezca alguien que es mala persona, tú muéstrate amable, házte el tonto y sobre todo trátalo con absoluta cortesía. Y sonríe, siempre sonríe. Afortunadamente, aprendes a vivir con esta mala gente.


Sin embargo, todos conocemos a mujeres y hombres buenos capaces de lo mejor, pero que no hablamos de ellos ni reconocemos lo que hacen, de gran valor. Excelentes personas: honestas, generosas, solidarias, valientes. Buena gente que da la cara por ti y hasta se la parten por ti.

Desde aquí, quiero reivindicar muchas historias de mujeres y hombres buenos. Y animaros a que se sepan sus historias. Y si eres uno de ellos, cuéntalo. Sobre todo, hay que respaldarlos y aprender de ellos para lograr ser buena gente. Es una batalla ganada, la verdad.





domingo, 30 de octubre de 2016

Reflejo de un falso progreso

Hace frío aunque el día es soleado. Sábado. Paso a paso. Mientras camina por el último tramo de la calle Gregorio de la Revilla para cruzar la Gran Vía y llegar al parque. Se sienta en un banco para cuestionarse tanto como responderse.


Ese camino a pie, es el que le conduce a conocer y, sobre todo, a hacerse preguntas. Caminando por las calles, hoy se fija en que hay cada vez más personas pidiendo. Personas que han crecido, como tú y como él, creyéndose que el éxito era tener un trabajo, una esposa y unos hijos, una casa en propiedad,... Personas, como tú y como él, que han despertado del sueño de la nada. "El sueño de la nada" que nos hizo creer que nuestro prosperidad sería duradera. Porque entre esas personas los hay con estudios, con hijos, con una casa embargada, con una familia rota,... Personas que buscaban hallar su lugar en el mundo, como tú y como él, y no lo encontraron. Y si lo encontraron, no supieron mantenerlo.

La desagradable realidad no la quiere mirar casi nadie, es más fácil mirar para otro lado, no mirar. Como si lo que no se quiere ver, no existiese. ¿Ese es el éxito? Pasar de largo y apagar esa voz que te avisa que, quizás, vivir así no es progreso.

Creer que con unas monedas vas a solucionarles la vida tiene mucho de estupidez aunque hay también mucho de buena voluntad. Como creer que lo sabemos todo. Esto ya no vale. Y si vale, es un falso reflejo del progreso.


Se levanta del banco para responderse tanto como cuestionarse.



viernes, 30 de septiembre de 2016

El imbécil no lo merece

 Disculpa que hoy deje el buen ánimo. Es lo que tiene encontrarte con gente encabronada.

 Hablan de perdida de valores, de odio, de envidia, de desorden, en definitiva de deshumanizacion. Yo creo que no se trata de eso. A pesar de todo, hay que aceptarlo, es humanidad. Desde los griegos, y antes, existen estos comportamientos. Realmente, cada vez hay más imbéciles y entonces, igual eran menos. Algún dramaturgo noruego ya dejó dicho que la barca del mundo se hundiría por el peso de los imbéciles. Y en esas están los imbéciles, hundiéndolo.

 Igual hay que volver a recuperar el instinto, la intuicion, la capacidad de supervivencia, los valores naturales, pero para ello hay que volver a la naturaleza. A las relaciones naturales.
 En las ciudades vivimos relaciones "aparentes" porque ya no hay relaciones auténticas. Un dato, nos creemos en un 94% que lo que apreciamos a otros es recíproco. Falso, sólo acertamos en el 53% de los casos. 40 puntos porcentuales de error, es decir, nos equivocamos mucho con quienes pensamos que nos aprecian.

 Por eso, no hagas aprecio al que no lo merece porque es un imbécil. Y, sobre todo, no seas imbécil y aprecia a quien te aprecia realmente.



martes, 30 de agosto de 2016

A pesar de todo, mañana será otro día

 En plena Aste Nagusia de Bilbao, por la mañana, Diego estaba sentado en la pequeña terraza de la cafetería de la plaza Campuzano y ella se le acercó por sorpresa. En un principio no la reconoció y, además, iba acompañada por un hombre rondando los sesenta años que vestía como si fuese un muchacho, llevaba polo negro con un gran escudo y números grandes, bermudas rojas y zapatillas de deporte negras. Un hombre aún demasiado joven para no disfrutar de una atractiva mujer, las fiestas y la vida pero que diferente a él porque nunca llevaría a una mujer como un trofeo (era lo que el hombre transmitía). Además, su mente le decía que no podía ser.
 No podía ser porque lo que se pierde no suele volver a encontrarse. Pero, no había duda, era Francesca y seguía siendo hermosa, con estilo e inteligente. Y parecía que había encontrado al hombre que ella soñaba.


 Hace quince años, Francesca, soñaba con casarse, adquirir estatus y economía. Y parecía que lo había conseguido aunque intuía que estaba con uno de esos granujas sin escrúpulos que habían sacado tajada del pastel de la corrupción.
 A Diego le vino a la memoria aquella otra Aste Nagusia de hace quince años. Aquel kalimotxo casual en el Alisas (solía estar en las txosnas con sus amigos), cerca de la plaza del Gas y con la música de fondo de Manu Chao. Quince años después, no sabía qué fue lo vivido y qué era lo creado por su mente. Ya no sabía si "Me gustas tú" era la letra de la canción que escuchaba o era lo que pensó cuando vió a Francesca entrar con un grupo de amigos, treinteañeros como ella, al bar.
Entonces volvió en sí cuando ella fue a saludarle con un beso en la cara pero él se giró, la sonrío con picardía y la beso en la boca pero esta vez no era espontáneo ni lo sentía. Cuando se marcharon volvió a recordar.


 Dejaron atrás el ruido del Arenal y subieron hacia la plaza Moyua pasando por la plaza Circular. Eran las 8:05 de la mañana. Y la acompañaba a la parada de taxis junto al Carlton. A Diego parecía dolerle más el corazón que la cabeza (habian bebido más de lo que estaba acostumbrado) después de lo que acababa de escuchar.
- Te convendría ser más, como lo diría, más pícaro aunque solo es cuestión de tiempo. Nadie es noble siempre.
- Seré quien he sido y soy, siempre.
- Las ideas son muy bonitas con veintipocos años y aquí (tocándole la cabeza),..., pero la vida. La vida es otra cosa. Vivir es adaptarse. Sacar partido del fracaso y del triunfo.
 Y entonces, a pesar de todo,..., la besó. Mañana será otro día.



sábado, 30 de julio de 2016

A manos del tiempo

Estamos en manos del tiempo, el más tenaz de los enemigos. Te invito a reflexionar de verdad, ahora en vacaciones, cómo te parecia la vida cuando eras niño o adolescente. Y, sobre todo, en el tiempo que ha quedado atrás.
Muchos años, muchos días, muchas horas y muchos momentos , felices o no, han quedado atrás.

Muchos piensan: "aquellos si que eran buenos tiempos". Tiempos, aparentemente felices, donde a muchos todo les parecía único, brillante, verdadero.


Seguro que, ahora mismo, sólo quieres recordar los buenos momentos. Claro que has tenido malos momentos pero, si miras atrás, estarás agradecido de lo que has conseguido porque hay otros muchos que fueron mucho más desafortunados que tú.

También te pararás a pensar en esos instantes decisivos en los que te jugaste el futuro a una sola carta: una amistad, un trabajo, un matrimonio,..., la oportunidad que un día rechazaste. Que distinta sería la vida si hubieses tomado otra decisión o porque, a veces, no te decidías, no sabías qué querías.


Hay momentos en la vida, quizás hoy es uno de ellos, aún sabiendo que puede salir mal hay que luchar, luchar por tener el tiempo en tus manos porque aún estás a tiempo.

jueves, 30 de junio de 2016

Presumir sólo presumen los mediocres

¿Qué no entiendes del titulo?

Cuando uno está seguro de lo que vale, tiene confianza, valores como: la honestidad, valentía, sinceridad y el respeto a los demás. Cuando la fidelidad no depende de los ceros a la derecha, ni del cargo sino de la pasión, de creer, de una especie de fe en que lo que uno hace mejora la vida propia y la de quienes le rodean. No presume, nunca. Nunca presume.

Sí, por supuesto que hay que mostrar- no demostrar- lo que uno hace si vale para mejorar y el camino que abres sirve a otros. Sí, por supuesto que hay que enseñar y ser ejemplo para otros pero desde la humildad. Sí, por supuesto que muchas veces es una lucha invisible pero no se busca el reconocimiento permanente para ahogar inseguridades.

Los mediocres dirán: "hay que ser tonto", "algo habrá que no sabemos para que actúe así". Vivimos en una época en la que hay quien considera que siendo mediocre se vive muchísimo mejor. Y aunque vivimos tiempos difíciles- crisis económica, crisis de valores, crisis relacional- los mediocres siguen creciendo. Y lo terrible, es que están ocupando puestos de poder en la sociedad.

De verdad, por una vez, haz las cosas lo mejor que puedas y con buena voluntad. Si muchos logramos hacer ésto nos irá bien a todos. Y, sobre todo, crearemos un futuro mejor y a nuestra medida.


Y recuerda..."los mejores secretos solo se cuentan al oído"

domingo, 15 de mayo de 2016

Vivir el auténtico momento

Paseando por un parque, como el de Doña Casilda junto al Museo de Bellas Artes de Bilbao, puedes contemplar la vida en los árboles, en las flores, en los edificios y, también, en las personas. La naturaleza muestra sus cartas, independiente de que vayas despreocupado por el paso del tiempo. Otras personas, que viven y que ya no viven, pasearon como tú y disfrutaron del momento y la vida siguió su curso. Muchos árboles, muchos edificios y el parque, de alguna manera, hablan y te lo están contando. Pero hay que saber escuchar.


Veo a un grupo de gente despreocupada. Una mujer se autograba y, puede que sea su pareja, un hombre está "hablando" por whatsapp junto a ella. En un banco, tres niños jugando con el teléfono móvil. Más allá, unos jovenes, chicas y chicos, autofotografiándose y a continuación "hablando" por whatsapp. Están en dos sitios a la vez: el parque y con las redes sociales. Pero viven de espaldas al momento, de espaldas al paso del tiempo y de la auténtica vida que tienen en este parque. Su propio tiempo, su propia vida.


¿Es más importante contarlo que vivir el momento? Vaya terrible decisión. Para mí, no. ¡Lo tengo claro!



domingo, 24 de abril de 2016

A lo que importa

Aunque en días como hoy, un domingo de primavera, madrugar y escaparse de la cama para escribir es casi una misión imposible. La fuerza de voluntad es mayor que ese lado oscuro que es la pereza y la comodidad. Y, sobre todo, porque me voy a sentir mejor.


Vamos a lo que importa, las personas que de verdad importan. La vida es el contexto en el que debemos tomar decisiones y, sobre todo, donde se producen los cambios frente a los que debemos actuar. Sin embargo, cada vez más, la gente se abstiene de la acción porque piensan que otros harán la parte que les toca o porque están hastiados con el mundo. Y sabemos que hay otras personas que se esfuerzan todos los días pero, mucha gente, ni las valora ni se fija en ellas. Es más, muchos las ningunean y hasta humillan y desprecian.

Pero volvamos a lo que importa. Para mi es muy importante vivir en una sociedad donde se valora y se prestigia a las personas que luchan y se esfuerzan todos los días. Además, son las que más influyen e impactan en nuestro bienestar. Y yo estoy muy agradecido a estas personas.
 Las personas que me saludan, atienden, escuchan, me reciben,..., con una sonrisa y un buenos días. Son: el vecino que trabaja duro en un trabajo mal pagado para sacar adelante a su familia, el camarero de la cafetería donde tienen un café excelente, la compañera de trabajo que encuentra tiempo y me apoya y me ayuda con un proyecto difícil, la directora de la empresa distribuidora con la que colaboramos y, sobre todo, las personas que quiero y me quieren. Yo, hoy, lo hago con un agradecimiento tangible, ahora, usando estas palabras escritas.


Y tú, ¿cómo lo vas a hacer?





lunes, 28 de marzo de 2016

Es que ya no los llevo


 - Mala suerte que te hayas roto la clavicula.
- Sí. Hay momentos en la vida que todo se pone cuesta arriba. Primero el despido, luego me roban el coche y ahora me caigo en el monte. De cualquier forma, no tiene mayor importancia. Entiendo que a nadie le importe una mierda lo que yo sienta.


Hay quien respalda que es absurdo preocuparse por aquello que no puedes controlar. Pero depende, no sé si me entiendes. 

Lo que controlo me ocupa. Lo que no, si es malo, me preocupa. Sobre todo, en una sociedad como la nuestra donde no hay tiempo para tanta humanidad. Donde la caída del prójimo, sobre todo si es mejor, regocija tanto al público. Donde racionalizamos las desgracias, pero las de los demás, y nos acostumbramos a que "eso" sólo les pasa a los otros.

Lo que hacemos marca muchas veces la vida. Lo que no hacemos, también. Los tiempos duros incrementan lo feroz, lo miserable y la ausencia de piedad. Claro que a ti igual no te interesa. Lo que interesa es lo mío, ¿qué hay de lo mío?. Y los intereses egoístas siempre llevan al mismo sitio.

Ocúpate de lo que puedes controlar. Lucha a favor de lo que sí depende de ti. Y, sobre todo, no permitas que las malas personas condicionen tu capacidad de ayudar a quienes sí lo merecen. Bien, ¿ahora qué vas a hacer?


Seis meses después.

- Todos tenemos "fortalezas" que nos hacen diferentes y tienen valor. Bien para quien las valora, pero otros no las ven así. Es una realidad y está ahí.
- Creo que vas a tener dificil trabajar de lo tuyo.
- No es que se me caigan los anillos, es que ya no los llevo. Antes de ser un profesional con estilo propio ya he trabajado de casi todo. Sobre todo, tengo claro lo que quiero y no voy a estar esperando sentado en casa. 










lunes, 22 de febrero de 2016

El mal que hacen los mediocres

Había ido a ver a su tía a la unidad de cuidados paliativos. Y al final de la amena conversación sobre valores como la honestidad y la dignidad, le preguntó:
- ¿Dónde va la sociedad con tanta estupidez?
- La estupidez siempre existirá, mejor dicho, los estúpidos y, sobre todo, estúpidos con poder. Sin embargo, muchas veces, somos nosotros los que los elegimos. Cualquier miserable y mezquino con un poco de labia nos llama la atención que no merece y lo endosiamos.



Siento desánimo al ver a personas buenas, lúcidas y valientes como náufragos aunque son héroes por seguir luchando por mantener unos valores como la honestidad, la dignidad y la fuerza de voluntad. Náufragos de una sociedad que se va a pique porque estos valores no se aprecian y, muchas veces, se desprecian. Náufragos que, aunque no se rinden, se encuentran sin sentido, con un enorme vacio interior y cansados de nadar a contracorriente.

Siento desánimo al ver como cualquier sinvergüenza con labia, buena apariencia o poder como estrellas. Estrellas de una sociedad dormida, mediocre y alejada de un nivel educativo digno. Estrellas que intuimos que puede ser unos trileros, unos canallas y, sobre todo, dañinos pero los endiosamos.

Muchos simpatizan automáticamente con estas mal llamadas estrellas y les dan la atención que no merecen. Y si los eligen luego no vale quejarse cuando llegan situaciones insoportables. El mal que hacen los mediocres es que nos llevan al naufragio como humanos.



- ¿Puedo hacerte compañía un rato?
- Te lo agradezco
- ¿Cómo te encuentras?
- Viva. Aún puedo elegir. 





viernes, 29 de enero de 2016

Sitúate

- Tu no necesitas justificarlo.
* Te equivocas. Lo que voy a hacer el sábado es una lucidez que ennoblece a cuanto defendí durante buena parte de mi vida.


Creemos que podemos planificar cualquier cosa y, a veces, la vida planifica por ti. ¿O no?
Hasta que punto somos conscientes de que con un modelo de sociedad, y a quienes lo personifican, estamos hipotecando nuestros próximos años de vida. Con una edad en la que hay más deseos por vivir que tiempo para disfrutar de ellos. Elegir un modelo de sociedad implica dejar morir a otros. Por eso, deberíamos ser conscientes de que es necesario escoger con cuidado a quienes lo personifican. Equivocarse lo justo.

En una sociedad sin interés por los hombre dignos ni por las causas nobles y que no reconoce los méritos y esfuerzos de quienes luchan por un modelo de sociedad mejor, ¿qué queremos?


* Sé que cuantos estabamos en la manifestación, y doy mi palabra de que se hizo lo mejor que se pudo, lo hicimos por la educación de los jovenes, por traer el progreso y porque la vida te sitúa ante quienes tratan de impedirlo.