Vete de dónde los héroes son señalados como traidores

miércoles, 24 de marzo de 2010

Revolución a los 50

Hace algunas semanas me encontré con una conocida, a la sazón directora de una oficina comercial de un grupo inmobiliario. La recordaba con su carácter jovial pero poco relajada y bastante estresada porque había tenido un año difícil, sobre todo con la dirección de la empresa. Difícil y finalmente decepcionante porque, después de haber estado meses ayudando al nuevo director territorial, la han obligado a salir por la puerta de atrás.

Ahora, algo ha brotado en ella porque tiene una mirada serena, un hablar pausado y mucho entusiasmo. Además, conserva su jovialidad pero multiplicada, ha cambiado el corte de pelo, lleva ropa más atrevida y tiene una sonrisa donde cabe el sol.

¿De qué forma ha afrontado estos cambios?
Como dice ella: " ' Haciendo lo mismo, pero más despacio' Ha llegado mi momento. Ese momento en el que la vida, ya no es un regalo, es un premio."

Durante meses ha estado buscando un trabajo similar pero nadie quiere pagar a una desempleada de 52 años un sueldo acorde a sus 23 años de experiencia en el sector y con sus logros y contactos. Sin embargo ha vuelto a trabajar aunque para lograr este objetivo tuvo que replantearse su situación y lanzarse a un proyecto profesional distinto, trabajar en un hogar de jubilados.

Pero hasta llegar aquí ha tenido que cambiar de perspectiva, romper con ciertos hábitos, no dejarse avasallar y sobre tener claro lo que va a hacer los próximos años: todo aquello que la apasiona.
Con el mismo tiempo pero, ahora, de calidad.

Admirable porque ha hecho su propia revolución. Prueba de ello es que ya no se lleva trabajo (ni preocupaciones) a casa porque sale, a su hora, y no tiene por qué preocuparse más. Termina y, unas veces va al gimnasio, otras queda con sus amigos, siempre tiene tiempo para conversar. Además, es ejemplarizante porque lo ha hecho a una edad infrecuente. ¡Revolución a los 50!

Y tú, ¿a qué esperas?

martes, 16 de marzo de 2010

Entre generaciones

Existe una clara discriminación laboral entre los que tienen contratos fijos desde hace años y los que tienen contratos temporales. Aquellos suelen coincidir con gente mayor, y muchos afiliados a algún sindicato, que tienen aseguradas sus indemnizaciones. Frente a jóvenes con contratos temporales o, lo que es peor, muchos sin posibilidad de acceder a un empleo.


Llevo años viendo a algunos veteranos vendiendo a otros por asegurar su plato de lentejas, poniendo piedras a los nuevos que se incorporan a la empresa, haciendo el vacío al que piensa diferente y sobre todo cómo van a trabajar: con desgana y pensando en una prejubilación ¡Y me rebelo!

Me rebelo porque están aletargados, porque son cómplices de destruir a toda una generación, porque un 40% de los menores de 30 años no logran un hueco y los sindicatos no hacen nada, bueno sí mirar por ellos porque apoyar a los jóvenes cuesta. Cuesta porque quedan en evidencia muchos de ellos en cuanto a capacidad de aprendizaje, esfuerzo y espíritu de cooperación de muchos jóvenes. Porque hay una juventud excelente y muy preparada y con pasión sin embargo se habla mal de ella.


Estarás de acuerdo conmigo que se habla de diversidad cultural, convenios, de las edad de la jubilación y... ¿de los jóvenes?

Jóvenes que admiran a quién se esfuerza y trabaja, jóvenes que quieren integrarse con los mejores, jóvenes con ganas de aprender de sus 'sabios' mayores, jóvenes que desean un líder que de significado a sus sueños. Pero construir contando con ellos cuesta porque hay que tener ilusión por lo que uno hace, poner en marcha la creatividad, comprometerse y sobre todo pasión.


Pero recuerda: es un asunto importante y no sólo por tu presente sino por lo que vas a dejar a tu siguientes generaciones, ¿en qué sentido es importante para ti?

jueves, 11 de marzo de 2010

Distorsión en el supermercado

Está mañana me he acercado a un supermercado a comprar un botellín de agua. Hasta aquí nada nuevo que no pase a cualquiera. Al llegar a la caja me he encontrado con cola de gente, en su mayoría personas mayores y sobre todo cercanas a la edad de la 'sabiduría', o eso creo yo que debiera de ser. Tampoco es nada extraordinario. La cola iba diminuyendo, y yo seguía siendo el último, cuando de repente un señor rondando los setenta, bien vestido, con educación me ha dicho: " le importa que pase...porque sólo tengo estas dos cosas (unas galletas y una botella de leche) y tengo prisa" Y yo le contesto: ¡pase hombre, pase! Y cuando salgo lo veo tranquilamente hablando con un 'amigo' de su edad.

Puede que te resulte familiar sin embargo yo sigo sin entender por qué esta impaciencia o mejor dicho esta actitud de algunas personas mayores y algunas no tan mayores. ¿Prisa para qué?

Me ha hecho sonreír sin embargo este hecho muestra que determinados comportamientos se toleran más a gente con 'cierta' edad que a los jóvenes o adolescentes. A los que por cierto, siempre se juzga lo malo sin observar que se comportan como ven a sus mayores.

En este sentido quiero trasladar dos reflexiones: la prisa y cómo toleras a determinadas personas unas actitudes que a otras no permitirías. Hay distorsiones en el comportamiento.

¿Prisa para qué?
Todo tiene un ritmo y dejarnos guiar por él nos lleva al equilibrio sobre todo mental. Prueba, mañana levantate una hora antes y haz lo de todos los días (menos quedarte en la cama remoloneando) y verás como al tener más tiempo puedes ir a otro ritmo, un ritmo saludable. Sal de tu zona de comodidad. Al principio es natural el rechazo pero al cabo de un tiempo (días, semanas, depende de cada persona) te acostumbras y lo más importante trasladalo a otras actividades y conviertelo en un hábito.

¿Cómo toleramos unas determinadas actitudes con las que no coincidimos?
Por dejadez, desgana, pereza, abandono, desamparo. Porque estaríamos todo el día polemizando y enesmistandonos. Y porque, alguna vez, te sorprendes a ti mismo actuando igual.
Sin embargo es una actitud cobarde, de perdedores, conformista, estática que sólo conduce al deterioro personal y finalmente a la destrucción de las relaciones inteligentes.

Por lo tanto, si quieres tener una vida perfecta no distorsiones tu vida, se valiente.

¿Cómo te has vencido a ti mismo, hoy?

viernes, 5 de marzo de 2010

Entre travesías y naufragios

Recuerda una cosa: 'es necesario estar convencido', creer, para conseguir una vida mejor. Nadie te desanima, no te hace falta, lo haces tu solo sin reflexión ni criterio.

Hay personas, a escasos pasos de ti, sin hogar que acuden a comedores sociales y que duermen al abrigo de unos cartones.Y posiblemente cuando caminas, los ves con la mirada esquiva por la vergüenza que tienen de haber llegado a esta situación (muchas nada tienen que ver con la drogadicción ni con el alcohol).

Puede sonar redundante, pero la perspectiva que tienes del prójimo es reducida. Reducida a la indiferencia. Indiferencia porque haces como que no va contigo, pensando que eso no puede pasarte a ti. Pero la vida, muchas veces, trae momentos duros que pueden conducirte a vivir sin un techo, en la calle.

Lo malo no es pasar por ese infierno porque, a veces; viene bien para saber cómo es el cielo: dormir en tu cama, una ducha con agua caliente, un abrazo, mil y un besos; sino permanecer inmóvil, abandonarte, no tener un motivo que te genere la ilusión de salir adelante, creer. Creer sobre todo en ti.

Porque la vida transcurre entre travesías y naufragios sin embargo hay que sentirse como un superviviente aunque seas un naufrago.