Hoy escribo, como otros días, y sobre todo sé que en algún lugar hay una persona que me lee. Por ejemplo tú, tú que en estos momentos aunque no sean las cuatro de un sábado de Agosto ¿o sí? estás al otro lado. Es un momento, después de comer y con este sol del verdicio, ideal para echar la siesta, sin embargo yo quiero escribir para ti, una persona que desea, piensa y actúa.
Vamos a viajar por nuestros deseos y pensemos cómo hacerlos realidad. Dejemos hablar a nuestro pensamiento intuitivo y dialoguemos con él. Busquemos la motivación para llevarlos a cabo, arriesguemos para lograrlos y consigamoslo. ¿Por qué te vas a conformar con menos?
Desconozco tus motivaciones: reafirmar tu yo, demostrar tu amor, ansias de revancha social, afán de superación,... No sé la razón exacta pero algo te hace querer mejorar tu situación y ¿por qué no? hacerlo ahora mismo.
En tu habitación, en la calle, en el lugar que estés. Como persona acompañada o sola. Quizás convaleciente, desilusionada, atormentada o muy feliz. En silencio o entre ruidos. Con un entorno difícil o con un círculo favorecedor. El espacio que te propongo está en tu interior, en tu mente: ponte tu música preferida, visualiza tu lugar ideal, tus aromas más sentidos y saborea el placer de soñar lo que quieres. Porque todo...
todo nace de la libertad y si la salud es buena y la cabeza quiere, es posible.
Es sábado y es fiesta, hoy ¡creamos!
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