Vete de dónde los héroes son señalados como traidores

viernes, 7 de agosto de 2009

Disfrazado de amigo

La hija de unos amigos, Sabel, ha pasado unos días de campamento con otros niños de su edad, entre ocho y doce años. Cuando la madre al recogerla, finalizado el mismo, le ha pedido que le presente a su compañera, con la que ha convivido y compartido habitación, la contestación ha sido: "quién, la disfrazada de amiga ¡No!"
Hablando con ella, me ha contado lo que aquel día le dio, a su madre, como explicación: " El primer día se mostró muy simpática y cercana. Sin embargo a la mañana siguiente cuando íbamos a hacer las camas se enfado y me dijo que mejor era no hacerlas porque 'total las íbamos a tener que volver a deshacer para dormir'. Yo no la hice caso y dejaba mi cama bien hecha y la ropa ordenada. Ella ¡no! todo por cualquier sitio. Además, siempre tenía algún comentario despectivo hacia mi orden, mi aspecto y mi ropa ¡que bien que me la pedía! También aprovechaba algún secreto que la contaba y lo decía luego a las demás para hacerme sentir mal. Luego, en la habitación, se disculpaba sin embargo al día siguiente volvía a hacerme alguna 'jugarreta'. Suerte, que al tercer día ya no la hice ni caso y pude centrarme en otras compañeras y algunas son, ahora, mis amigas ¡Ven que te las presento!"

Lo que le ha ocurrido a Sabel nos ocurre con nueve, con dieciocho, con veinticinco, con treinta y, bueno, espero que antes de llegar a 'padres' hagamos como ella y nos centremos en los que de verdad muestran 'detalles' de amistad y nos alejemos de los 'disfrazados de amigos'.

No es fácil descubrir a los 'disfrazados de amigos' y, encima, suele ser cuando nos han hecho ya el daño y nos hunden. Sin embargo hay que salir de esta situación desde el primer momento y olvidarlo rápidamente ¡Saldrás fortalecida!

Se les conoce por sus acciones, comportamiento y reacciones en momentos críticos. Quieren tener el control y el poder de la relación. Son egoístas, caprichosos, van muchas veces de víctimas y siempre tienen algún complejo que cuesta descubrir. Pero ¡olvídalos! No gastes energía en quitarles el disfraz. Y como Sabel, di ¡no!

Pero tú ¿cómo te comportas? ¿Ya te has quitado el disfraz?

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