Cada pellizco de felicidad

Suave. Sin agobios, sin prisa, hasta suavizar las durezas de la vida. Igual que el hábil joyero que talla un diamante o como la mar que moldea la roca. Así, resultas impagable como persona.

Tranquilo. Ni siquiera están visibles en las vacaciones, cuando más natural es estar tranquilo, las señales de felicidad. Pero prueba a dejar la mente en blanco, a apreciar los buenos gestos y a disfrutar de cada nuevo amanecer. Tranquilo con la naturaleza, la buena gente y, sobre todo, contigo. Y las sentirás.

Alegre. Precisamente con una sonrisa cambia la cara y, lo más importante, transforma el ánimo. Afrontar con alegría, no las desgracias, las situaciones que llegan. Es una manera de vivir, una actitud, inteligente. Inteligente y valiente porque es tener consciencia de la vida, de que vamos a morir aunque pocos se lo creen. Entonces, es más útil, vital y saludable ir caminando por la vida con alegría.

Decidido. Vivir tu propia aventura con las personas que te rodean. Aceptando los obstáculos del camino porque eres increíblemente poderoso. Tu realización, tu felicidad, y el sentido de tu vida, los puedes buscar como muchos. Muchos que los buscan como cosas materiales. O como los decididos que luchan para crearlos.