Se esta librando una guerra que es determinante para nuestro futuro. Una guerra entre la orientación al interés propio, la especulación, la codicia, la insolidaridad frente a la orientación al bien común, el trabajo y el esfuerzo, la generosidad, la solidaridad. Una guerra entre creencias, valores, conductas, más allá de la guerra económica y financiera.
No me sorprende. Lo que me sorprende es que a mucha gente le haya pillado desprevenida. No como a las personas mayores que lo tienen muy claro desde hace tiempo y lo afrontan sin miedo. Sin miedo porque aún recuerdan tiempos mucho peores, donde lo que estaba en juego era la supervivencia. Una guerra civil lo dice todo.
Debemos centrarnos y no venirnos abajo por las circunstancias adversas. Centrarnos en lo que de verdad importa, llevar una vida equilibrada, con sentido y feliz. Haciendo lo que deseamos, cumpliendo ilusiones y sueños. Teniendo objetivos y queriendo cumplir los mismos. Por eso es indispensable no permitir la instrumentalización del miedo, unirnos y salir adelante. ¡Que no puedan con nosotros!
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