Nunca hay que olvidar que la muerte está a un latido de corazón. Y que deberíamos pararnos un tiempo a reflexionar sobre cómo estamos viviendo la vida. Si realmente estamos haciendo lo que deseamos, lo que más nos importa.
No hay que ser meros figurantes, ni secundarios, sino protagonistas. Protagonistas de nuestra propia vida, la única e irrepetible vida que tenemos. Y tomar nuestras propias decisiones en función de lo que realmente nos importa.
Cada mañana al despertar nuestro corazón late y la vida se hace tangible en ese momento. Ahí empiezan nuestros primeros pensamientos, sentimientos y emociones del nuevo día. Es el momento de tomar el control y no dejarnos llevar por el 'piloto automático'. 'Piloto automático' que nos priva de conectarnos con las personas, los lugares y los desafíos más valiosos.
Hagamos de ello nuestra prioridad en la vida y no nos equivocaremos.
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