Me duele escuchar: 'es que no he tenido opción'. Y eso que cuando peligra tu vida, por ejemplo en una guerra, no cabe este planteamiento. Pero en el día a día y en sociedades democráticas, siempre tenemos opciones. Opciones que implican decisiones y las decisiones generan hechos. Y cuando ya se ha producido un hecho, es demasiado tarde para retroceder en el tiempo y cambiarlo. Sin embargo, muchas veces se toman decisiones sin saber lo que se hace y ésto nunca aporta cosas buenas.
Prueba de ello es cómo estamos en algunos países de Europa donde se están produciendo hechos lamentables, por decisiones sin sentido de los gobernantes, que están ahí por los votos de muchos perjudicados. Muchas de estas decisiones van en contra del bienestar general y, lo más grave, están destruyendo lo que ha costado tanto lograr después de dos guerras mundiales: tener opciones.
No hay maquina del tiempo que vaya a permitirnos volver atrás para eludir aquello que nos daño pero sí que tenemos en nuestras manos darle la vuelta a la situación: relacionándonos, uniendonos y siendo generosos con los que nos necesitan.
Asume tu responsabilidad, comprométete y ten muy presente que nos vamos sin nada, que sólo podemos hacer las cosas en vida. Así que la próxima vez, reflexiona porque tienes opciones.
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