Florecer

Vivimos rodeados de mediocridad, más bien de mediocres. Es cierto, es una perspectiva sesgada pero la realidad es que la excelencia humana escasea y cuando ésta aparece ya se encarga el mediocre de minusvalorarla e incluso de deshacerse de quién así obra.
Como consecuencia directa, mucha gente acaba convirtiéndose en la peor versión de sí misma y por poner un ejemplo, lo estamos viendo en el mundo de la televisión.

Pero ¿qué es la excelencia humana?

La excelencia humana es actuar hasta el máximo de las capacidades propias, es entregar el cien por cien de nuestras capacidades, florecer. Florecer como estoy convencido que hará el pueblo japonés para superar la terrible situación que vive el país: terremoto, tsunami y accidente nuclear.
Asimismo, la excelencia tiene que ver con el comportamiento y con los valores. Y, sobre todo, con lo que nos quedamos al final, de una obra, de una relación, de una vida.

Por eso, somos cada uno de nosotros los que debemos apostar por la excelencia y por las personas excelentes, es la única forma inteligente de dar un paso adelante y florecer.

Tropezar y no caer

'Andar y ver, tropezar y no caer'. Un buen mensaje, de un buen compañero, para no descuidarte cuando las cosas van bien y, sobre todo, para cuando van mal. Es cierto, ante los malos momentos que dejan en suspense el ánimo tienes dos opciones: mejorar o amargarte.

Pura experiencia, día tras día, puedes ver a tu alrededor mucha gente que renuncia a mejorar y optan por amargarse. Es más, algunas personas eligen amargar a los demás. Dicho de otra manera: renuncian a sacarle el mejor partido a la vida y ponen zancadillas para que los demás no lo consigan, tropiecen.

Para tropezar y no caer: la búsqueda de esta mejora empieza con fijar en tu mente que lo que persigues puedes lograrlo, responsabilizandote de ello. Porque mejorar está al alcance de tu mano.