En estas fechas de verano los niños están de vacaciones, los jubilados salen más a la calle, muchas jornadas laborales son reducidas, algunos desempleados encuentran trabajos temporales y en muchos lugares se celebran fiestas. También, unos cogen vacaciones y otros las terminan.
Pero, sobretodo, en estas fechas podemos constatar los diferentes tiempos vitales de las personas. Como por ejemplo el del adolescente que empieza a enamorarse, el del joven que va de fiesta en fiesta, el del adulto medio con niños que busca como entretenerlos y el del jubilado que mira a todos ellos con la nostalgia del pasado pero sin dejar de disfrutar del verano.
Por eso hay que tener en cuenta el tiempo vital propio y el de los demás para tener relaciones más amables.
El verano, más que nunca, es un tiempo vital distinto para cada uno. Aprovecha a descubrirlo.
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