Queremos reafirmarnos en nuestras 'verdades' y esto nos conduce a rechazar nuevas ideas, nuevas propuestas y nuevos líderes. Nos dejamos llevar por quienes nos confirman que estamos en lo cierto aunque esta certeza sea un camino a la nada. Miramos más al pasado y deberíamos mirar más hacia el presente y el futuro. Salir de la queja, del 'estoy cansado de...', de la desconfianza. Y dedicar más tiempo a aprender de las personas optimistas, con proyectos y energías.
Pero existe una sensación latente de pesadumbre, de dejadez, de miedo, que complica aún más salir de esta difícil situación. Y así, nos limitamos. Por eso es imprescindible valorar nuestro potencial para tener ilusión, motivación y ganas de comernos el mundo, para ser felices.
Afortunadamente podemos superar nuestros presuntos límites sin embargo hay que estar continuamente abierto a otras propuestas, otras ideas, otras 'verdades'. Es momento de afrontar el reto.
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